30 mayo 2017

Sueño infantil, una mirada respetuosa


Mucho se habla e incluso se teme sobre el sueño infantil. Durante los primeros días nos damos cuenta que generalmente los bebés duermen muchísimo y no sabemos bien cómo es que se irá regulando de a poco el dormir de mi bebé. Ciertamente, aunque duerma mucho, el cansancio es parte de nuestra rutina diaria y en la noche la papa de las 2, 3 o 4 de la mañana no da tregua.
Independiente de las tomas nocturnas que tenga tu hijo/a, podemos ir de a poco adaptándonos a sus ritmos y ciclos de sueño, observándolos y de esa forma ir creando hábitos saludables que también nos permitirán a nosotros estar de a poco más aclimatadas.
Es importante una información adecuada para comprender como funciona bioquimicamente el sueño de un recién nacido en sus primeros meses. Si buscamos tips en Internet nos encontraremos con información muy variada y totalmente contradictoria, lo que genera más bien inseguridad en la madre o padre respecto a que es mejor para el bebé.
Aquí expondremos en términos simples y argumentados las consecuencias de las dos principales formas de hacer dormir a los bebés, el método conductista y el método respetuoso. Pero primero... partamos por lo básico, las fases del sueño en los seres humanos:
bebestutuo
Fase 1: Cuando empezamos a dormir, es un sueño muy ligero, tanto que si en ese momento nos hablan contestamos e incluso diremos que no estábamos durmiendo.
Fase 2: El sueño es algo más profundo. Si nos hablan probablemente no atendamos a la primera.
Fases 3 y 4: " Sueño profundo”. La mente está profundamente dormida, para despertarnos hace falta un ruido fuerte. El sueño profundo suele darse en las primeras horas de la noche. Los niños/as tienen más sueño profundo porque suelen ser más activos.
Fase REM: Es la fase en que soñamos. El cuerpo está relajado pero la mente está muy activa. Entre estas fases todos tenemos múltiples despertares ya que esto es crucial para la supervivencia Normalmente los adultos no nos damos cuenta de estos despertares pero los niños se quedan despiertos por que se sienten inseguros, no saben que esto es normal y tienen miedo, necesitan que les tranquilicemos y les ayudemos a dormirse de nuevo.
De acuerdo a los estudios basados en las neurociencias y estudios científicos sobre sueño infantil, podemos ver los siguientes resultados con respecto a aplicar el método conductista en el sueño infantil, que básicamente se trata de dejar al niño llorar hasta que aprende a dormirse sólo, sin caricias, sin brazos, sin mamá:
1. En un estudio recientemente publicado en Early Human Development (factor de impacto entre 2 y 2.4), Middlemiss y colaboradores (Middlemiss et al, 2012) examinaron los componentes fisiológicos y conductuales de las interacciones madre-hijo durante su participación en un programa de entrenamiento del sueño.
En este contexto demostraron que tras tres días de adiestramiento se producía una desincronización significativa en los niveles de cortisol entre las madres y sus bebés. Mientras que los niveles de cortisol de los bebés no cambiaban a pesar de que dejaban de llorar, el de sus madres disminuía significativamente en cuanto sus hijos ya no lloraban. También observaron que, a pesar de que los niveles de cortisol eran iguales en los bebés durante los tres días de adiestramiento, estos lloraban significativamente más el primer día que el tercero. Esto nos demuestra que la falta de llanto no se relaciona con una disminución real del estrés que sufre el niño, tal y como ya habían apuntado anteriormente otros autores como Margot Sunderlan en su libro "La ciencia de Ser Padres", libro convenientemente publicado, traducido a numerosos idiomas, que no está en internet, y que además consta de unas 500 referencias bibliográficas (Sunderland, 2006).
2. La profesora Darcia Narvaez en un libro publicado juntó a PankseppSchore yGleason (Narvaez et al, 2013) (y que no está en internet), y nos hace un excelente resumen de las las investigaciones sobre los efectos nocivos del estrés en el cerebro de los bebés. Según explica,es un error cultural muy común, originario parcialmente de la tradición conductista, considerar un comportamiento de crianza aceptable e incluso apropiado el dejar a los niños llorar para que aprendan a dormir solos. 
Cuando los niños/as se dejan llorar sin el consuelo de sus cuidadores sus cerebros se inundan con hormonas del estrés potencialmente neurotóxicas, como el cortisol (Blunt Bugental et al, 2003;  Gunnar & Donzella, 2002). Los opiáceos endógenos cerebrales, responsables de la sensación de bienestar, disminuyen con la tristeza (Zubieta et al, 2003) y los circuitos de dolor físico se activan (Eisenberger et al, 2003Panksepp, 2003).
Sabemos que los bebés de seis meses ya son capaces de producir una respuesta de estrés anticipatoria, basada en sus expectativas de como van a ser tratados por sus padres (Haley et al, 2011). Con el tiempo, cuando estas experiencias son frecuentes y duraderas, la respuesta al estrés del cerebro puede verse afectada y producirse un exceso de sensibilidad y actividad (Anishman et al, 1998), produciendo una predisposición a la depresión clínica y la ansiedad (Barbas et al, 2003De Kloet et al, 2005Watt & Panksepp, 2009), malos resultados en la salud física y mental y envejecimiento prematuro y mortalidad (Preston & Waal, 2002). Un sentimiento de angustia persistente y frecuente durante los periodos sensibles de la infancia temprana reduce la expresión de los genes del ácido gamma-aminobutírico (GABA), lo que produce desórdenes de ansiedad y depresión a la vez que aumenta el riesgo de consumo de alcohol como respuesta de alivio al estrés (Caldji et al, 2000Hsu et al, 2003). La desregulación emocional crónica sienta las bases para psicopatologías mas graves ( Cole et al, 1994Panksepp & Watt, 2011), especialmente la depresión. La desregulación emocional en la infancia está relacionada con patologías mentales posteriores, incluyendo la propensión a la violencia (Davidson et al, 2000). El estrés que produce un apego inseguro rompe el funcionamiento emocional, compromete las habilidades sociales y puede promover una inclinación emocional permanente hacia una actitud de auto-defensa ansiosa (Henry & Wang, 1998Schore, 2009).
Para conocer de manera científica los efectos a corto, mediano y largo plazo de ocupar métodos conductistas en el sueño infantil, te dejamos aquí  el enlace al libro que reune todos los argumentos y estudios que exploran ésta alternativa.
Por la contraparte, Rosa Jové, autora del libro "dormir sin lágrimas", Psicóloga experta en sueño infantil, postula que hay una evolución en el sueño infantil, y que si la respetamos biológica, emocional y físicamente, podremos disfrutar de un adulto más sano emocionalmente y contenido debido a que cuando necesito consuelo en la noche, estuvimos ahí para demostrarle que no está solo, que SÍ es amado:
Evolución del sueño infantil: Sueño del bebé de 0 a 3 meses
*Tienen solo fase REM  y un sueño intermedio entre las fases 2 y 3.
*No diferencian el día de la noche porque sus sueño no se diferencia casi del sueño que tenia en el vientre materno. Aun no ha adquirido todas las fases del sueño del adulto
*El sueño se reparte en varias veces a lo largo del día y de la noche. Esto es así por varios motivos:
-Necesitan comer frecuentemente ya que crecen muy rápido y así evitan hipoglucemias.
-Tienen que mantener la alerta de sus padres (necesidad de supervivencia, propia de la especie mamífera)
-Nacen muy inmaduros e incapaces de valerse por si mismos por lo que necesitan atención constante para sobrevivir.
colecho.Dentro del sueño respetado se habla mucho del colecho, dormir con nuestros niños como lo hacían nuestros ancestros y como lo hacen todos los mamíferos menos nosotros, que, influenciados por la sociedad moderna que de alguna manera nos ha separado entre nosotros mismos, es una forma segura y beneficiosa para una crianza respetuosa. Se estima que en países como Noruega, Suecia o Japón, casi un 90% de las familias duermen con sus bebés de forma habitual.En Japón, donde el colecho es la norma, el índice de muerte súbita del lactante es uno de los más bajos del mundo.


Los beneficios del colecho son variados, aquí postulados algunos de los principales:
1. El colecho familiar favorece y facilita la lactancia materna, ya que no hay necesidad de ir a otro cuarto para tomar al bebé. Una madre que amamanta en la "cama familiar" puede fácilmente alimentar a su hijo/a sin despertarse completamente, y puede continuar con el importante descanso que necesita. Así el colecho promueve que la madre continúe amamantando y todos sus numerosos beneficios hasta que el niño/a decida destetarse.
2. De acuerdo al investigador James McKenna, el colecho incrementa las posibilidades de que los padres pueden intervenir exitosamente en la prevención de la muerte de cuna, ya sea que se deba una condición fisiológica o accidente físico. El investigador recuerda a los padres que "el colecho da a los padres la mejor oportunidad de oír a un bebé en crisis y responder". Añade que "ya que la protección contra el síndrome de muerte súbita SIDS, puede estar relacionado a la frecuencia y duración de la lactancia, y debido a que los bebés amamantan más cuando duermen con sus padres, esta práctica puede ayudar a proteger a los infantes amamantados".
3. Durante los primeros meses de edad es normal que los niños/as tengan periodos sin respirar, y es probable que la madre provea importantes señales a su bebé, recordándole respirar después de una exhalación, previniendo que se desarrolle un síndrome de muerte súbita. Aún si este sistema recordatorio falla, la madre estaría cerca para despertar al bebé. Una madre y un bebé que amamantan, tienden a tener ciclos de sueño coordinados, haciendo a la madre extremadamente sensible a su bebé. Si ella está durmiendo cerca, despertará si su bebé está teniendo dificultades. Pero si el bebé está solo, este tipo de intervenciones salva-vidas no pueden realizarse.
4. Si un adulto está cerca, se reduce cualquier peligro nocturno. Los bebés y los niños han perecido en incendios, han sido abusados sexualmente por parientes que están de visita, han sido robados de su cama, han sido atacados por mascotas, se han asfixiado después de vomitar y han muerto o resultado heridos en formas que se pudieron prevenir si un padre hubiera estado cerca para ayudar.
5. La asfixia es frecuentemente puesto en la lista como un peligro del colecho. Sin embargo, este es un peligro real sólo en dos situaciones: un bebé pequeño durmiendo en un colchón de agua que es incapaz de levantarse cuando lo necesita, o un padre incapaz de atender las necesidades de los bebés por estar muy intoxicado con alcohol o drogas. Obviamente un niño que se esté asfixiando por cualquier razón (una cinta o ropa de dormir alrededor de su cuello, vomitar mientras duerme, ataques de asma) es más probable que despierte a un padre que está durmiendo cerca que a uno que duerme en un cuarto diferente.
6. El colecho familiar es frecuentemente malentendido como un promotor de abuso sexual al niño por parte de los padres. Sin embargo, la verdad es lo contrario. Los padres que desarrollan profundos vínculos emocionales con sus niños por permanecer cerca y responder a sus necesidades tanto en la noche como en el día, es mucho menos probable que tengan una conducta abusiva de cualquier tipo hacia el niño que aman y cuidan. Contrariamente, el hecho de que un niño duerma solo nunca ha sido adecuada protección contra un padre que intenta abusar sexualmente de él, y quizá sea aún más fácil mantener esta actividad en secreto del otro padre.
7. El sueño compartido ayuda a toda la familia a tener el descanso que necesitan, especialmente si el niño está amamantando. El niño no tiene que sentirse necesitado o llorar para atraer a su madre, y la madre puede amamantar semidormida. La familia entera despierta fresca, sin resentimientos hacia el bebé por haber disturbado su sueño la noche anterior. Un padre exhausto es más probable que abuse del niño que una madre descansada o padre que ha disfrutado de la presencia de un bebé felizmente descansado durante la noche.
8. Un sentimiento profundo de amor y confianza se desarrolla entre hermanos que duermen juntos, disminuyendo la rivalidad durante las horas en las que están despiertos. Los hermanos que comparten la noche así como el día tienen una gran oportunidad de desarrollar una relación profunda y duradera. Los bebés y los niños que están separados de otros miembros de la familia durante el día (padres trabajando, hermanos en la escuela) pueden reponerse parcialmente de esas ausencias y restablecer importantes lazos emocionales pasando tiempo juntos en la noche, y disfrutar de la delicia del tiempo con la familia en la mañana, que no existe de otra manera. Claro que el negocio en la casa y la no escolarización puede minimizar las separaciones y profundizar los vínculos familiares durante el día, tanto como el colecho lo hace en la noche.
10. Estudios de adultos en coma han demostrado que la presencia de otra persona en el cuarto, mejora significativamente la frecuencia cardíaca, ritmo cardíaco, y la presión sanguínea. Parece razonable asumir que los niños y los bebés tienen beneficios de salud similares por tener a alguien más en el mismo cuarto.
Un niño que es cuidado en la noche tan bien como en el día, recibe constante certeza de amor y apoyo, en lugar de tener que lidiar con sentimientos de miedo, enojo y abandono noche tras noche. Los niños que se han sentido seguros tanto en la noche como en el día con unos padres amorosos cerca, son adultos que soportan mejor el inevitable estrés que la vida trae. Como John Holt dijo elocuentemente, tener sentimientos de amor y seguridad en la vida temprana, lejos de "echar a perder" a un niño, es como "dinero en el banco": un fondo de confianza, autoestima y seguridad interna con las cuales el niño puede manejar los retos de la vida.
Conoce el cara a cara en entrevistas a Dr. Estivill (método dejar llorar) versus Dr. Carlos Gonzalez (Crianza respetuosa)
Por último, respetar las necesidades del bebé, que sólo se comunica a través del llanto, es beneficioso para su salud mental, aquí, 10 raxones para  responder al llanto de un bebé, no sólo de noche, sino de día también.

Pamela Labatut H.
Mamá 
Psicóloga Clínica - PSicoterapeuta 
Terapeuta floral acreditada 
Especialista en sueño infantil 

*articulo publicado para www.mamadre.cl 


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