08 septiembre 2011

Aprender a hacer un duelo

Por Ps. Pamela Labatut H.
para: www.mujeractual.cl

Este fin de semana nos impactó una tremenda noticia a todos, a nosotros como chilenos y también en varias partes del mundo. 21 personas con un denominador común: un corazón enorme y ansias de servicio a los más necesitados, cayeron en un accidente aéreo en las costas del Archipiélago Juan Fernández. ¡Cómo nos hace replantearnos la vida, y la muerte! En estos próximos párrafos, los invito a reflexionar sobre el duelo y sus parajes…

La pérdida de un ser querido, es sin duda para muchos, el dolor más desgarrador de alma. Nadie está realmente preparado para la partida de otro significativo, especialmente en casos de muertes traumáticas donde es particularmente una fractura en tu cotidianeidad muy dolorosa.
Ante ese complejo escenario, donde pasado, presente y futuro se vuelven una neblina emocional y nuestro dolor se traspasa desde el alma hacia el cuerpo… se han formulado ciertas etapas por las que todos pasamos, donde generalmente nos movemos: la negación, aislamiento, rabia, negociación, depresión, aceptación. “Desde esta perspectiva, esperaríamos que las madres, esposas, hijos y amigos de personas que fallecen a diario, comiencen a experimentar estas etapas para que, finalmente, recuperen su ‘estado normal’, como eran antes de la pérdida. Suele hablarse de un proceso que puede durar entre seis meses y un año”. (Marco Antonio Campos, Psicoterapeuta especialista en duelo)

Estudios posteriores, han expuesto distintas formas de abarcar el duelo como proceso de vida, donde la re-adaptación a la cotidianeidad, es el eje central, más allá de las etapas y la idea de volver a tener la vida de “antes”.

Volver a ser como se era antes no es posible en su totalidad, lo que sí es posible es adaptarse a la nueva forma de experimentar tu realidad, desde la enseñanza y huella que deja esa vivencia y persona en tu vida.
Es muy importante y necesario en el general de los duelos traumáticos, solicitar una ayuda más específica (como un terapeuta acreditado) para reconstruirse el significado de la pérdida de forma armónica. Este artículo no pretende en ningún caso sustituir ese espacio, y yo como persona y también paciente lo siento muy necesario, ya que en esos momentos uno necesita mucho el desahogo, la contención y el amor desde todos los ángulos posibles. Por eso hace mucho sentido una terapia hablada, como la psicoterapia, terapia floral, etc. en un encuentro desde tu historia, tu lenguaje, tu palabra, tu sentimiento y dolor.

“La adaptación a la pérdida, implica la restauración de la coherencia de nuestra narrativa de vida”, según Robert Neimeyer, Ph. D.

El consuelo del alma es el aprendizaje desde la terapéutica floral, donde la experiencia de pérdida produce dolor, aislamiento y sensación de que nada ni nadie me podrán sacar de éste estado. Sin embargo, el poder rearmarme desde el cobijo y la conexión con otros donde podamos compartir nuestras emociones, es realmente transformador en la adaptación a esta nueva realidad.
Compartir lo que me pasa, vivir la pena, vivir la rabia, vivir cada emoción que aflore desde mis entrañas…permitiendo desde mi realidad, que me vayan conteniendo, abrazando y limpiando mis lagrimas.

Es un buen ejercicio durante esta etapa, el poder hacer ciertos ejercicios, que nos den mayor tranquilidad y nos vayan cerrando a las heridas del alma…
Sirve hacer biografías de vida, cartas de despedida, ritual de celebración por la existencia de ese ser en mi vida, ritual de cierre, talleres grupales de duelo, etc.

Escribir mejora el ánimo y el funcionamiento psicológico y ayuda al sistema inmunológico. Escribe un “Diario Terapéutico”, donde vayas autoanalizando esa experiencia, escríbete a ti mismo. Si surge la necesidad de escribirle al otro hazlo, pero en una carta aparte. Cuenta con una persona o un profesional que te apoye y esté accesible en caso de que le necesites.

El pedir ayuda es un acto de amor por nosotros mismos, el consuelo llega, cuando la fe se restaura, las creencias con respecto a la muerte se reorganizan, y me adapto nuevamente….

Un abrazo amoroso a todas las personas afectadas, familiares, amigos, conocidos de las 21 personas a bordo del casa 212. Estoy a vuestra disposición para lo que necesiten, y lo digo con total seriedad y corazón.
Bendiciones

Pamela Labatut H.

www.psicologiayflores.cl

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