21 abril 2012

EL AMOR DE PAREJA Y LAS CONSTELACIONES FAMILIARES.


EL AMOR DE PAREJA Y LAS CONSTELACIONES FAMILIARES.


       Se vislumbra la importancia de recuperar o mantener el respeto entre el hombre y la mujer. Respetar significa asentir a ello tal y como es, a su destino y sus fidelidades sistémicas. Respetamos a nuestra pareja cuando somos capaces de decirle: “Te quiero y te respeto a ti y a tu familia, tus valores, tu pasado y tu destino. En ti quiero y respeto a tu padre y madre. Quiero y respeto lo que te guía y lo que me guía. Tal y como eres, eres perfecto para mi”. Querer cambiar a nuestra pareja como si se tratara de un niño/a, es no respetarle tal y como es.


  En la relación entre el hombre y la mujer, ambos dan lo que tienen y toman lo que les falta, pero quien no toma a sus padres, no podrá pasar mucho a su pareja ya que permanece estancado en sí mismo, no puede desarrollarse como adulto. Y cuando se rechaza a uno o ambos padres de la pareja, también se está rechazando a la misma pareja.


Es importante ocupar el lugar que nos corresponde con respecto a nuestro sistema familiar y dar su lugar a parejas que han pasado por nuestra vida. En el primer caso, por ejemplo, los “hijos parentales”, es decir, que hacen de padre o madre de sus propios padres, no ocupan el lugar de hijos que les corresponde y se castigarán fracasando en el amor o escogiendo a parejas que también estén en la posición de “hijo parental” y no están disponibles para una relación de pareja de igual a igual. Cuando ocupamos nuestro lugar, nos sentimos ubicados, con buen nivel energético, en paz, con confianza y preparados para entregarnos a nuestra pareja desde el respeto, a dar y recibir.


Luego, es importante honrar a las parejas anteriores tanto propias como las de su pareja, ya que ellas de alguna forma, cedieron su lugar para que tu llegaras, si no es así uno no está disponible emocionalmente para "lo nuevo".
Una buena separación se logra cuando los compañeros mutuamente se dicen: “Te quise mucho. Todo lo que te di, lo di con ganas. Gracias por lo que me diste. Por aquello que entre nosotros que no funcionó, yo asumo mi parte de responsabilidad y dejo la tuya contigo. Te llevo siempre en mi corazón. Estás libre y estoy libre”. Tomando con amor aquello que nos aportaron las parejas que tuvimos en el pasado, podemos aportar el aprendizaje a la siguiente relación.


Al contrario podría generarse dificultad para unirse, de nuevo, a otra relación. Es decir, la despedida se logra, cuando tomo todo lo que una persona me da con gratitud, todo queda en nuestro libro de experiencias de vida.


Mientras más “tomo” a mi pareja, mis imágenes internas se van desvaneciendo. La felicidad NO es: “encontré a una pareja que encaja con mis imágenes internas”.

Pareja es Dar y recibir
Hay un gran desequilibrio entre quien lo da todo y quien lo recibe todo

La semilla de la violencia: comienza donde alguien se siente mejor que el otro, o cuando alguien se siente peor. También es violento el que juzga.

“No permanezcan donde no se sientan queridos, respetados o bien tratados. O donde no puedan querer, respetar o tratar bien al otro”    
Lic. María Elena Nuñez 

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