21 abril 2012
MIEDO AL ABANDONO: Consejos prácticos.
CUANDO MÁS TE PREOCUPAS POR UN TEMA MÁS LO ATRAES. En psicología hablamos de “profecías auto cumplidas”. En cierto modo podemos acabar provocando aquello que creemos que va a ocurrir. En el caso de que creas que te van a abandonar es posible que ocurra. Para salir de ello estaría bien que pudieras construir creencias alternativas de otras cosas que pueden pasar en una relación. Imagínate en una relación donde el otro se queda contigo, o que se va un rato y después vuelve. A veces es útil encontrar ejemplos que contradicen lo que tú crees sobre las relaciones. En este caso puedes hacer la estadística de las personas importantes de tu vida que te han abandonado y las que se han quedado.
APRENDE A DIFERENCIAR LAS FANTASÍAS DE LA REALIDAD. Cuando uno ha sufrido un abandono en la infancia o ha ocurrido una muerte en edad temprana de alguno de los padres es muy fácil que la persona tenga, ante cualquier ausencia, la sensación de sentirse abandonada. Para ello es importante reconocer cuando estos sentimientos corresponden a algo actual y real o no. Cuando son muy intensos y desproporcionados es muy probable que tengan que ver con recuerdos infantiles o con situaciones del pasado. Es importante contrastarlos con la realidad.
EL ABANDONO SE PUEDE PRODUCIR. Intentar evitar a toda costa el abandono es estar condenado de por vida a sufrir. Es más realista aceptar que en algún momento en la vida alguien nos va abandonar y que nosotros también vamos a abandonar a alguien. En verdad no se trata de abandonar ya que entre adultos nos reorientamos o dejamos pero no se trata de un abandono en general. Es decir el irse, o dejar de una relación es un derecho que tenemos como seres humanos y por tanto en algún momento lo ejerceremos. Lo importante es ver como enfrentamos el hecho, en lugar de tratar que no se dé. Es importante saber que por ser dejados no nos vamos a morir, aunque si que nos va a doler, y ese dolor a través de un duelo nos llevara a poder establecer nuevos vínculos en el futuro si lo resolvemos adecuadamente.
A VECES LA SOLEDAD ES NECESARIA. El saber que uno se puede sostener a si mismo es importante para no establecer relaciones sólo por el hecho de que uno no puede estar solo. Algunas veces el miedo al abandono puede venir de la creencia de que uno no se puede sostener sin una pareja, por ejemplo. Otras veces puede también darse por la creencia de que uno no va a encontrar otra relación. Es importante responsabilizarse de uno mismo, sino cuando uno establezca relaciones con los demás les va a pedir o exigir demasiado, de tal manera que les puede resultar más una carga que una nutrición.
PON ATENCIÓN A ENCONTRAR PERSONAS FIABLES. En el caso de que tengas miedo a ser abandonado es importante que tengas vivencias de como es vivir desde la seguridad y el confiar en la vida. Construye mentalmente o permítete buscar una relación o alguien que te enseñe como es dicha actitud, como es confiar en la vida y estar seguro de que los vínculos pueden ser bellos y fiables. Poder vivir desde esta sensación te permitirá saber distinguir lo que necesitas. En el caso que no encuentres la experiencia haz como si confiases en la vida y estuvieras seguro de la relaciones. Esto hará que te acerques y se te acerquen personas distintas a las habituales. Dejarás de atraer personas con tendencias abandónicas.
ÁBRETE A LOS DISTINTOS ROSTROS DE LA VIDA. Es importante saber que la vida nos puede traer muchas cosas diferentes. Algunas agradables como amor, alegría, felicidad, juego, placer, diversión, nacimientos, bodas… y muchas más. También nos va a traer cosas desagradables como dolor, enfermedad, muerte, agresión, tristeza, soledad, vacío, tedio… y muchas más. El abandono es sólo una de las muchas cosas que podemos encontrar en la vida. Dejar de disfrutar de los vínculos por miedo al abandono hará que nos perdamos todo lo demás.
EL CONTACTO HUMANO REAL NOS INMUNIZA CONTRA LOS SENTIMIENTOS DE SOLEDAD Y ABANDONO. Las personas podemos estar con los demás sin tener contacto real con los otros y con nosotros mismos. Cuando estamos desconectados de nuestras necesidades y de nuestra verdad interior estamos perdidos y no podemos conectar con los demás. Podemos estar físicamente con alguien y no establecer contacto con esa persona. Esta también es una forma de abandono, aunque no física. Esto se puede traducir en las relaciones con nuestros hijos cuando no les ponemos límites, o cuando estamos con ellos sin establecer contacto real, simplemente les dejamos solos sin que sientan nuestra presencia, sin preocuparnos por lo que hagan.
JOAN GARRIGA
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